SISTEMAS ERP |
El entorno empresarial ha cambiado de forma muy importante
en los últimos años. Estos cambios suelen relacionarse principalmente
con la creciente globalización de la economía, la consecuente
internacionalización de los mercados y la rapidez del cambio tecnológico.
A su vez, estas circunstancias han originado un incremento de la
incertidumbre y un aumento de la competencia entre empresas que
ha conducido a muchas compañías a tener que adaptar sus sistemas
de información para, de este modo, poder sobrevivir, mantener su
posición en el mercado e, incluso, obtener una fuente de ventaja competitiva
que les permita diferenciarse del resto de empresas.
Para hacer frente a este nuevo entorno, las empresas han ido incorporando
crecientemente las nuevas tecnologías de la información y
de las telecomunicaciones, las cuales se han convertido en un instrumento
clave para una gestión eficaz y eficiente, básicamente, por
su capacidad de proceso de grandes cantidades de información en
muy poco tiempo y con unos costes razonablemente bajos.
Ahora bien, las tecnologías de la información y de las telecomunicaciones
deben integrarse en la organización de forma que se alcance
una congruencia con su estructura y estrategia, para que se pueda
conseguir la maximización del valor de los sistemas de información.
Como hemos señalado, antes de que aparecieran los sistemas ERP,
las empresas empleaban en su gestión información procedente de
distintos sistemas. Por ello, no es casualidad que las multinacionales
fueran las primeras que comenzaron a acusar los inconvenientes
que entrañaba esta circunstancia, ya que tenían que utilizar los datos
procedentes de sistemas de información ubicados a lo largo de todo
el ámbito geográfico en el que desarrollaban su actividad económica.
Esta situación se evidenciaba especialmente en el momento de
consolidar la información financiera suministrada por cada filial.
Asimismo, aparece la necesidad de controlar los diferentes procesos
llevados a cabo en cada una de las empresas subsidiarias. Para estos
objetivos, los sistemas de información de cada unidad son sustituidos
por uno sólo, el sistema ERP que integra todas las funciones
empresariales y cuenta con todos los datos necesarios, lo que facilita
las labores de gestión de los directivos de la compañía. En esta
misma línea, las grandes empresas, aún sin ser de ámbito internacional,
imitaron a las anteriores motivadas básicamente por los resultados
obtenidos tras las primeras implantaciones.
En este contexto se han venido desarrollando los sistemas ERP,
aplicaciones compuestas por varios módulos que integran la información
procedente de las distintas áreas de la empresa y que sirven
de base para gestionar sus actividades en función de sus procesos de
negocio.
Mayoritariamente se considera que el origen de los sistemas ERP
estuvo en la evolución de los sistemas de planificación y gestión de
recursos del área de operaciones, conocidos como MRP (Material
Resource Planning). Más tarde, aprovechando las mejoras tecnológicas,
los sistemas ERP pudieron ampliar las funcionalidades y lograr
una adecuada integración con las aplicaciones del resto de las áreas
empresariales.
En la última década del siglo XX, los sistemas ERP fueron implantados
por todas las grandes compañías multinacionales para superar
los inconvenientes que entrañaba la necesidad de gestionar unidades
que operan en países distintos separados geográfica y
culturalmente, y su difusión a otras empresas de menor dimensión,
han convertido a los sistemas ERP en una potente herramienta para la gestión empresarial que goza de una magnífica consideración entre
sus usuarios, tanto actuales como potenciales.
Como consecuencia, los ingresos totales del mercado de sistemas
ERP en 1999 llegaron a alcanzar los 15.500 millones de euros [ARC,
2001] 2
, por lo que constituyen una parte destacada del mercado total
de las tecnologías de la información, además de ser uno de los principales
propulsores de su creciente evolución. A este respecto, a pesar
de la recesión sufrida en los primeros años del nuevo siglo, las expectativas
para 2008 son de 27.700 millones de euros.
La característica más significativa de los sistemas ERP es lógicamente
la integración de la información que ha de entenderse como
la utilización de definiciones y códigos comunes para toda la organización.
Además, la integración de la información implica, entre
otros aspectos operativos, la utilización de una única base de datos
común para toda la compañía y mayores posibilidades de acceso a
la información requerida para todos los usuarios, lo que resulta posible
gracias al empleo de la tecnología cliente-servidor.
Lógicamente, de su carácter integrado se derivan las principales
ventajas que aportan los sistemas ERP a la empresa, tanto a nivel
operativo, como de gestión y estratégico. Entre ellas, podemos destacar
la reducción de costes, el aumento de control de cada una de
las funciones que realizan los usuarios y la mejora del servicio ofrecido
al cliente.
Ahora bien, para que puedan conseguirse estas ventajas han de
superarse una serie de inconvenientes relacionados básicamente con
la elevada inversión necesaria, la importante duración del proceso
de implantación, la necesidad de adaptación multidimensional de la
compañía y la resistencia a los cambios por parte de los usuarios.
1 comentario:
La evolución hacia sistemas ERP refleja la necesidad imperante de adaptarse a un entorno empresarial cambiante y globalizado. La integración de información, característica clave de los ERP, proporciona una gestión eficiente y estratégica. Sin embargo, es esencial abordar los desafíos de inversión y duración del proceso para maximizar los beneficios. Las Soluciones software ERP se presentan como herramientas cruciales para superar obstáculos y potenciar la eficacia operativa en este panorama dinámico.
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